Iniciativas legislativas, controles más estrictos, acciones legales y un endurecimiento de las penas son algunas de las medidas que ahora se preconizan para evitar que se repita el riesgo de colapso del sistema financiero. Como suele ocurrir después de cada escándalo financiero, con la resaca, llega el acto de contrición y la penitencia, que ha de purgar nuestros pecados.
Es una historia que se repite. Todos reprochamos determinadas actuaciones, fingiendo que nos sorprenden las noticias que cada día "descubre" la prensa en relación a retribuciones escandalosas y conductas irresponsables -delictivas, en algunos casos - de quienes conducían desde las instancias oficiales o entidades privadas la economía.
Cuesta creer que los que ahora pontifican sobre la cuestión, no sospechasen nada. En realidad, basta con consultar en las hemerotecas e internet. A la vista de los hechos, recordamos las voces críticas cuyas advertencias se despreciaron por catastrofistas. Algunos artículos señalan la hipocresía manifestada cuando nos sorprendemos por una situación que se conocía o debería haberse intuido. Pero la memoria es frágil y, apenas vuelve a aparecer una veta de oro, la avaricia corrompe las convicciones, compra connivencias y socava cualquier crítica o resistencia.
En esta situación, siempre hemos mantenido un posicionamiento claro y público en defensa de la necesidad de garantizar la moralidad y transparencia en los mercados financieros. No es sólo un tema de convicciones. Creemos que sólo un mercado moral y transparente puede ser eficaz y garantizar un desarrollo sostenible de la riqueza.
En el año 2002 Fernando Mier, socio de mercantil de IURISTAX ABOGADOS, fue coordinador y co-autor del MANUAL DE LOS DERECHOS DEL INVERSOR publicado por EXPANSIÓN con la colaboracion de BANCO SANTANDER. También ha publicado diversos artículos de opinión en la materia, entre otros
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